Sustancias peligrosas en tu embarazo que dañan a tu bebé
Cuando una mujer está embarazada no come simplemente por dos, también respira y bebe por dos, de tal forma que es muy importante considerar cualquier sustancia que se ingiere ya que también lo hará el feto. Es por eso que por medio de la ingesta de drogas en el embarazo, el feto que viene en camino empieza a sentir los efectos del estupefaciente que se consume, debido a que es una conexión totalmente directa, el bebé corre el riesgo de generar dependencia a cualquiera de las drogas consumidas en el embarazo.
El hecho de que el bebé nazca aparentemente sano, no significa que lo esté, ya que cada una de las sustancias tóxicas a las que puede estar expuesta una mujer, causa distintos daños desde el momento de la concepción y podrían continuar a lo largo del desarrollo, lo cual lo deja ante una expectativa de vida completamente desoladora. No obstante cada droga tiene un efecto distinto hacia el feto, por ejemplo:
La ingesta de marihuana en el embarazo provoca que llegue menos oxígeno y nutrientes al feto, provocando que este nazca con un alto riesgo de desarrollar desórdenes de atención y problemas de aprendizaje que difícilmente podrán ser diagnosticados o detectados antes de la edad escolar.
EL consumo de Cocaína durante el embarazo Interfiere directamente con el flujo de oxígeno y nutrientes que recibe el feto. Provocando que al nacer el feto tenga un peso y tamaño mucho menor que el que tendría un bebé cuya madre no consumió drogas en el embarazo. Además, tienden a tener la cabeza más pequeña, lo que podría indicar que el cerebro también lo es.
El uso de Heroína provoca que los bebés desarrollen la adicción desde que están en el vientre, por lo que durante los primeros días o semanas de nacimiento presentan síndrome de abstinencia, que causa irritabilidad, disminución de los estados de alerta, temblores, movimientos anormales, y alteraciones del sueño. Durante el primer año de vida son frecuentes los trastornos de coordinación motora y altos niveles de actividad, además de poco auto-control.
La ingesta de alcohol podría perjudicar al feto desde tener un ligero a grave retraso mental, distracción, falta de concentración, retraso al hablar, problemas para oír o ver, problemas al relacionarse con otras personas hasta para controlar su comportamiento.
El uso del tabaco sin importar la forma de ingesta disminuye los movimientos respiratorios fetales, altera la frecuencia cardíaca y representa un mayor riesgo de parto prematuro o de abortos espontáneos, así como de retardo del crecimiento fetal.